Sacando la espina clavada.





Hace casi diez años, tras visitar Nepal en compañía del amigo Jokin, cruzamos a una India bien distinta a la que ahora hemos conocido. Entonces, enfermo y en el mes de mayo (el más caluroso en India) vagaba como alma en pena, sin apenas comer y con continuas carreras al baño.
En esta ocasión, hemos encontrado una India, la del Sur, mucho más agradable y simpática. Pero no es todo tan bello como lo mostramos en las fotografías. Existe también, la otra cara de la moneda: calor, ruido, suciedad... difícil de plasmar a través del objetivo. No obstante, son todas estas cosas, las grandezas y miserias, las que convierten a la India en un lugar diferente, único.







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