Las entradas del blog están ordenadas cronológicamente de abajo a arriba. !!!!!!

Sacando la espina clavada.





Hace casi diez años, tras visitar Nepal en compañía del amigo Jokin, cruzamos a una India bien distinta a la que ahora hemos conocido. Entonces, enfermo y en el mes de mayo (el más caluroso en India) vagaba como alma en pena, sin apenas comer y con continuas carreras al baño.
En esta ocasión, hemos encontrado una India, la del Sur, mucho más agradable y simpática. Pero no es todo tan bello como lo mostramos en las fotografías. Existe también, la otra cara de la moneda: calor, ruido, suciedad... difícil de plasmar a través del objetivo. No obstante, son todas estas cosas, las grandezas y miserias, las que convierten a la India en un lugar diferente, único.







Saludando a los Himalayas.

Antes de cruzar a Nepal, nos acercamos hasta el lago de Nainital, donde desde un mirador vemos por primera vez los Himalayas.

Mucha India, poca bici.

India es tan extensa como intensa y se necesitaría mucho tiempo para recorrerla en bicicleta. Además, las principales vías de comunicación están atestadas de camiones y autobuses haciendo peligroso y estresante el pedaleo. Pero es posible encontrar y enlazar carreteras y caminos secundarios por los cuales, eso sí, a un ritmo mucho más lento, resulte agradable viajar en bicicleta.
Apenas mil kilómetros en más de dos meses, pero con la sensación de haber saboreado cada pedalada.
Poca bici, mucha playa y las pilas a rebosar, que a buen seguro nos harán falta en la recta final del viaje por Nepal.

Saris al viento.



Los indios en general, pero en especial las mujeres, son muy pudorosas y para tomar un baño en público, se meten en el agua tal y como van vestidas.


Más tarde, será el viento el encargado de secar sus saris.

Goa.

Primero fueron los musulmanes, más tarde los portugueses y por último una invasión de hippies venidos de la vieja Europa, los que decidieron asentarse en las costas de este territorio. Pero lo que en los años 60 debió ser el paraíso, con el paso del tiempo y la influencia del turismo, han acabado convirtiéndolo en la Costa del Sol India.
Todavía es posible encontrar rincones solitarios y tranquilos, pero las principales playas se han especializado en atraer diferentes tipos de turismo: resorts de lujo para jubiletas extranjeros e indios sobrados de dólares; tecnofiesta para los más jóvenes; agencias y puestos de ropa, chiringuitos e internetes hasta la misma orilla del mar.
Esto reúne a una "fauna" de lo más variopinta.

Pasado portugués.

La actual capital del pequeño estado de Goa, Panjin y la que hace cinco siglos fue la más importante ciudad del Imperio portugués en Oriente, Old Goa, reunen suficientes edificios coloniales que atestiguan su pasado luso.

El mundo sobre cuatro ruedas.

Hasta conocer a Silvia y Rafa (aunmaslejos), nunca nos habíamos planteado el traspasar las fronteras de Europa con vehículo propio.
La tranquila playa de Agonda (Goa) es un lugar de encuentro de overlanders, un alto en el camino en sus rutas a través de Asia o del mundo.
Algunos de estos vehículos son verdaderos monstruos de cuatro ruedas, o más.

One photo??


Normalmente, la gente mayor se muestra hostil a ser fotografiada, por lo que no queda más remedio que pedir permiso o robarlas la foto a distancia. Pero en India, son ellos los que te piden ser retratados y yo  claro... no me hago de rogar.
- One photo??-
- Yes, of course!!-

Aunque a veces nos miren mal.

Estallido de color.

Después de varios meses y muchos kilómetros a través de Turquía, Irán y Omán, nuestra retina se había acostumbrado al blanco, el negro y los ocres de desierto.






Ahora en India, los ojos nos duelen al tener que adaptarse a semejante explosión de color.

El Kingfisher.

En anteriores viajes, siempre nos hacía gracia el nombre que las cerveceras elegían para sus bebidas. Una Serengueti, una Angkor, una Paceña o una Kilimanjaro se habían encargado de saciar nuestra sed y en ocasiones hasta de nublarnos la vista en compañía de los insaciables (de rubias espumosas) Jokin, Eddy y Javier.
En India, parecería lógico encontrar cerveza Taj Mahal, Himalaya... y quizá existan, pero de momento por las tierras del Sur, tan sólo hemos encontrado Kingfisher. Y no es de extrañar, pues este pájaro podría ser el símbolo nacional, dado la cantidad de ocasiones que podemos observar a estos hábiles pescadores.

Un crucero de placer.

Algunos templos de Hampi se encuentran al norte del río Tungabhadra. Como por el momento no hay puente que lo atraviese, los peregrinos deben de "embarcarse" en la aventura de cruzar navegando a bordo de estos frágiles cuencos.Hay también quien prefiere vadear el río a pagar las 5 rupias del trayecto.

Hampi.

Los templos de Hampi son un destino que no deja indiferente a nadie y todos los viajeros que nos encontramos coinciden: - Debéis ir a Hampi!.-
Sin dormir 10 minutos seguidos, llegamos a nuestro destino a bordo de un "sleeper bus". El cuerpo gaupasero y molido por los botes, no nos impide flipar con el paisaje que nos rodea.
Decenas de templos destacan sobre un terreno dominado por enormes bloques de granito. Esto convierte el lugar en el paraíso para los más variopintos peregrinos y también para los amantes del boulder. Unos motivados por la fe y otros por el desafió a la ley de la gravedad.
Pero incluso a nosotros, que nos gusta tener la cabeza y los pies a ras de suelo, el lugar no nos deja de fascinar.

El elefante sagrado de Hampi.

Nos parecía una vida monótona y aburrida la de esta joven elefanta, siempre encerrada en el templo bendiciéndo uno tras otro, a los peregrinos que se acercaban a ella. Pero a parte de los cuarenta kilos de comida diaria, tiene como recompensa una hora de baño matutino.
Tras descender hábilmente la veintena de escalones que conducen al río, ésta se sumerge en el agua y deja que sean sus cuidadores, los que se encarguen de frotarle su áspero y enorme cuerpo.
Puede ser, que este elefante a fin de cuentas no viva tan mal.

Gokarna y sus playas.

Si en Varkala buscamos la excusa de fin de año para quedarnos una semanita, en Gokarna será mi taytantos cumpleaños, lo que nos servirá de pretexto para descansar unos cuantos días.La pequeña localidad de Gokarna reune infinidad de templos, conviertiéndola en un importante destino de peregrinación hinduísta. Pero no sólo el lado espiritual y sagrado lo hacen atractivo. Una serie de lindísimas playas se extienden hacia el Sur, compitiendo unas con otras por ser la más bella. Por el lugar deambulan peregrinos, escuálidas vacas y hyppies de edad considerable, llegados quizá éstos últimos, huyendo de la vecina Goa. Pero también nuevos hyppies o "pijipis", que con unas rastas, malabares y canutos de marihuana, tratan de enmascarar sus confortables vidas rodeados de móviles, mp6 y refrescos de cola.

Imagenes de India.











La vida, ¿color de rosa?

En ocasiones, sólo nos fijamos (esto va para D. Javier) en las actitudes ociosas de algunos lugareños. Pero día a día, comprobamos cómo se las arregla gran parte de la población para ganarse el sustento. Nos parece increíble que en el Siglo XXI, todavía exista la profesión de picapedrero o porteador de pesadas piedras.La vida en estos lugares, no suele ser tan bella como en un principio nos pueda parecer.

El cricket.

Por fin un lugar en el mundo, donde el fútbol queda relegado a un segundo plano en el ámbito deportivo. El evento que en India despierta mayor expectación, es el cricket. Este legado de la época de los ingleses, se ha convertido en el deporte nacional y sus jugadores más populares en verdaderas estrellas mediáticas. En ocasiones, el cricket pasa a convertirse en orgullo nacional, sobre todo, en los enfrentamientos con la vecina Pakistán.

Esperemos que por muchos años esta rivalidad no salga del terreno deportivo.

Kerala comunista.

En 1.957, Kerala fue el primer lugar en el mundo, donde la voluntad popular eligió un gobierno comunista. Desde entonces, sucesivas legislaturas con los mismos ideales, han convertido Kerala en el estado más desarrollado del país. Un altísimo índice de alfabetización; menor mortalidad infantil y una esperanza de vida mayor (más de diez años) que el resto de India.

Parece que al menos, existe un lugar en el mundo donde el sistema comunista funciona.

Soltando lastre.

Allá por el mes de abril, en nuestras primeras pedaladas del viaje, nos las veíamos y nos las deseábamos para remontar cada una de las cuestas que se nos ponían delante. Nos consolábamos pensando que al llegar a Estambul, nos desharíamos de algunas cosas que aliviarían nuestra carga. Pero esto no fue así y a parte de libros de lectura, guías de viaje y alguna crema, acarreábamos el mismo equipaje con el que habíamos partido.
En India, comprobamos que algunas cosas no van a ser necesarias en los siguientes meses. Así, nos deshacemos de la tienda de campaña, cocina, esterilla autohinchable e incluso de las viejas "zapatillas automáticas" que tantos kilómetros nos han acompañado y que en cada uno de los anteriores viajes jurábamos que no regresarían.
Ligeros como el viento, rumbo a Nepal.

Las montañas del interior.

Cada destino turístico deja un sabor de boca diferente a cada persona que lo visita. La región de Munnar sorprende a unos y deja indiferentes a otros.
Con intención de juzgar por nosotros mismos, dejamos las bicicletas en Kochi y un destartalado autobús nos conduce hasta Munnar. Arrozales y palmerales dan paso a una densa vegetación donde asoman plantaciones de café y látex. Pero es a partir de los 1000 metros de altitud, donde la planta del té es la reina del lugar.

En Munnar, alquilamos una moto y recorremos los caminos que rodean la población. Las plantaciones de té cubren por completo las redondeadas colinas, creando así un enorme tapiz monocromático.

Kathakali.

Aprovechamos nuestra estancia en Kochi para asistir a un espectáculo de Kathakali. Se trata de una representación artística en la que se mezcla teatro, danza y música y que tiene sus raíces en la Mitología Hindú. Los papeles femeninos son interpretados por hombres y al no haber diálogo en la obra, es de gran importancia la gesticulación de cara y de manos.



Las redes chinas.
 Entre las numerosas artes de pesca que se utilizan en Kerala, una nos llama poderosamente la atención por su aparatosidad y belleza estética.
Como su nombre indica, este sistema no es propio de la región y proviene del Este de Asia. Pero se ha afincado de tal manera, que vemos numerosas redes chinas a orillas de bahías y canales.
En Kochi, estos artilugios basculantes toman su máxima expresión y es necesaria la ayuda de varios hombres y grandes piedras haciendo de contrapeso para levantarlas.
Semejante esfuerzo tiene poca recompensa, pues en cada izada se recoge tan sólo algún despistado pececillo.

La fibra del coco.

Para pedalear hasta Kochi, encontramos una carretera secundaria, sin tráfico, pero con sufientes atractivos, que la convierten en uno de los tramos más bellos del viaje.
Una de las actividades que más nos llama la atención, es la elaboración de tejidos a partir de la fibra del coco. Aparcamos las bicicletas y durante un rato observamos todo el proceso: hilar, trenzar y tejer en rudimentarios telares. Del coco, al igual que del cerdo, se aprovecha todo.
El agua, un bien muy preciado.


Cada verano, el monzón deja a su paso agua para dar y regalar. Pero una nefasta política y educación medioambiental, la convierten rápidamente en agua sin garantías suficientes para su consumo.

De vez en cuando, observamos cómo los pueblos son abastecidos mediante camiones cisternas y en cuanto se abre el grifo, se arma la de San Quintín. En India, las filas o turnos no existen y las mujeres pierden la compostura, cuando no los nervios, con tal de aferrarse a la boca de la manguera.
Resultado: más litros desparramados por el suelo que en el interior de las vasijas.

Imágenes de India.
















Los backwaters.

Esta compleja red de canales (900km) son una importante vía de comunicación y uno de los mayores atractivos del sur de Kerala.

En Kollan tomamos un barco hasta Alleppey. Durante las ocho horas de trayecto surcamos grandes y pequeños canales, rodeados de palmeras y arrozales. Como no puede ser de otra manera en India, las orillas de estos canales se encuentran pobladas de gente, que nos saluda mientras desempeñan sus tareas cotidianas: asearse, lavar ropa, pescar... Pero no sólo el hombre habita esta región, miles de aves de diferentes especies se asienta o eligen esta área como residencia de invierno. Desde Alleppey, otro bote nos atraviesa el Lago Venbanad hasta Kotallan, donde visitamos la reserva ornitológica de Kumarakom. A borde de un estrecho cayuco e impulsados a golpe de pértiga, nos adentramos a través de una densa vegetación de nenúfares. Centenares de ánades, zancudas y otras especies que desconocemos, toman vuelo a nuestro paso. Como colofón al extraordinario paseo, un martín pescador nos deleita con una zambullida y demostrando su eficacia posa delante de la cámara, mientras engulle un pescadito de considerables dimensiones.
De pesca.
La provincia costera de Kerala, al igual que el resto de India, se encuentra tan poblada, que lo que ofrece la fértil tierra parece insuficiente para alimentar a tan cuantiosa población. Por lo que los habitantes del litoral deben adentrarse en la mar a bordo de frágiles embarcaciones para robarle algo de alimento al mar.


Minivacaciones de invierno.

Después de más de ocho meses de viaje, por fin aterrizamos en India. El avión, no era ni mucho menos el medio deseado, pero después de los acontecimientos de Pakistán, quizá haya sido un acierto. Desde Trivandrum, al Sur de la provincia de Kerala, pedaleamos una corta jornada hasta Varkala, donde nos disponemos a despedir el año. Estamos cansados de bicicleta, de hacer y deshacer diáriamente las alforjas, de buscar un internet dónde currarnos el blog... por lo que un par de días, acaban convirtiéndose en una semanita.

El lugar ofrece ciertos placeres que teníamos olvidados: lassis, pescaditos, jugos naturales... pero también bonitas calas y playas donde vaguear.

Varkala congrega a numerosos turistas de todo el mundo y entre ellos, encontramos numerosos hispanohablantes con los que disfrutar de agradables sobremesas. Jordi, Yes y Rosario darán el relevo a Susana, David, Carmen y Andoni con los que damos la bienvenida al 2.008.

- ¿Así cómo diablos vamos a poder aprender inglés?-

Una semanita en este maravilloso paraje nos servirá para cargar pilas y así poder continuar.
¡Por fin India!







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